domingo, 13 de marzo de 2011

Carta abierta al senador cubanoamericano Marcos Rubio

22 de febrero de 2011

La habana, Cuba

 

 

Distinguido Senador:

 

Su primera iniciativa legislativa en el Congreso federal ha sido un error. Es lamentable, pero no se puede calificar de otra manera patrocinar una enmienda que aísla más a la sociedad cubana. Y esto ocurre justo en el momento en que la política exterior de los EEUU está dando un vigoroso salto hacia delante, promoviendo la comunicación sin barreras como recurso imprescindible para la libertad de los pueblos.

 

Lo invitamos a que reflexione al respecto. Como una toxina postrera de la que se practicaba en esa Guerra Fría que acaba de recibir en la región del Magreb su tiro de gracia, quizá su alineamiento con una política caduca haya respondido a requerimientos de compromisos personales con el objetivo de reforzar su nueva curul.

 

Hasta ahora su nombre ha sido promovido como el primer norteamericano de origen latino con posibilidades presidenciables. Por su juventud y carisma no dudamos que pueda lograrlo, pero consideramos que no le favorece en ello el retraso de sus actuales concepciones estratégicas en pro de la democracia y las libertades.

 

Aunque estamos seguros que no es su propósito, con esta última acción de hecho obstaculiza la libertad del pueblo de donde proviene su estirpe. Eso hace doblemente penoso que, como resultante, usted pretenda consolidarse como un aliado de la política de aislamiento en que nos mantiene el gobierno cubano.

 

Esta acción suya se hace más anacrónica aún ante la ola libertaria, genuinamente popular, que recorre el mundo islámico del Próximo y Medio Oriente en pos del fin de los regímenes totalitarios y de los autoritarismos. El reciente discurso de la Secretaria Clinton hace énfasis en el compromiso del gobierno norteamericano con la defensa de los medios de comunicación y su acceso a todo el mundo.

 

Esta política nos toca muy de cerca y se hace eco de las palabras que pronunciara el Papa Juan Pablo II en la enorme plaza ante el pueblo vitoreante: “Que el mundo se abra a Cuba y que Cuba se abra al mundo”.

 

Reflexione usted, senador, y tenga bien presente que el escenario político internacional y el concepto de relaciones internacionales de la gran potencia que lo tiene a usted como uno de sus legisladores ahora marcha en la dirección de los tiempos que corren, y no a la inversa.

 

Esperamos que pueda sacar provecho de ello para su futuro y exitoso cometido. Nada nos llena de más orgullo que tener a un norteamericano hijo de cubanos en los más altos puestos de esa gran nación.

 

Saludos y Dios lo ilumine,

 

Dr. Darsi Ferrer 

Observatorio de Análisis Político afiliado a la plataforma Consenso Cívico


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